Muy cerca de las playas, Calonge – Sant Antoni tiene un paisaje más oculto, un paisaje auténtico que durante siglos se ha conservado alrededor del mundo del vino. Los mansos y las casas de payés han mantenido durante siglos este paisaje de viñas que se extiende hacia la falda de las montañas y que es una de las visitas recomendadas para entender una de las almas del municipio.
Durante todo el año es recomendable el recorrido por los senderos y caminos que bordean las viñas y también la visita a las bodegas donde podremos conocer más a fondo como se hace el vino. Uno de los atractivos remarcables de Calonge – Sant Antoni es que existen dos formas de hacer vino muy distintas, y que nos abren la puerta a dos mundos, a dos formas de entender la viña y el vino.
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