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27 ene 2015

HISTORIA DE PLATJA DE ARO



Prehistoria y época romana
Las primeras poblaciones en la zona de Pinell, datan del 2500 aC, dentro del periodo del neolítico. Como testimonio quedan una docena de sepulcros de fosa. Alrededor del año 2000 aC, hacia el final del neolítico y durante el calcolítico, se establecen grupos humanos en las montañas de Vallvanera y Treumal. Como testigos de su presencia, encontramos varios monumentos megalíticos: menhires de Vallvanera, Término de Bell, del Mas Ros y dolmen Cueva de los Moros.

El principal testigo de la estancia de los romanos en esta región es la Villa de Plan de Palol, que data de entre los siglos I y IV dC. Habría ocupado un área de 10.000 m2, una parte importante de los cuales corresponderían a patios y espacios no construidos. La villa explotaba los recursos naturales de la tierra, tanto la agricultura como el cultivo de la vid, así como la extracción de arcilla para la fabricación de cerámica. Los productos obtenidos se exportarían por mar gracias al puerto natural que constituía Cala Rovira.

edad media
A partir del siglo IX se inicia la repoblación de los territorios del Valle de Aro, una vez recuperados los sarracenos, aprovechando la orografía del terreno. Los primeros colonizadores son agricultores. No se conoce con exactitud cuando se constituye el primer asentamiento, si bien, consta que en el año 881, el rey Carlomagno da al obispo de Girona, teutón, el territorio del Valle de Aro, donde ya ha comenzado la extensión de la población en dirección a la costa.

La primera referencia documental de Farolas de Arriba (nombre originario de Playa de Aro) aparece en 968. Se trata del precepto del rey Lotario, confirmando Sunyer como abad del monasterio de Sant Feliu de Guíxols, así como de sus posesiones, entre las que figuran Farolas y su iglesia.

El Castillo de Benedormiens, origen del pueblo de Castell d'Aro, aparece documentado por primera vez en 1041, cuando las autoridades religiosas, los nobles y caballeros del territorio entregan al monasterio de Sant Feliu de Guíxols la custodia del castillo, con el obligación de proteger en tiempo de guerra todo el Valle de Aro, del que Faroles es una parte importante.

A pesar de que el Valle de Aro es una tierra fértil para el cultivo, los humildes agricultores no son los únicos habitantes del Farolas medieval. Durante el siglo XIV, podemos destacar las posesiones y residencia de una rama de la familia ampurdanesa de los labios. Lobo de labios, uno de los miembros de esta familia asiste a las Cortes de Cervera en 1359, como noble Farolas, y Ramon de labios deviene abad del monasterio de Sant Feliu de Guíxols entre 1328 y 1348.

El 1585 aparece documentada la existencia de la nueva iglesia de Farolas de Abajo, la actual Farolas de Aro. Tras abandonar Farolas de Arriba, se forma a su alrededor un nuevo asentamiento. El 1698, las parroquias del Valle de Aro son incorporadas a la corona, formando la alcaldía real del Valle de Aro. En 1774 termina la ampliación de la iglesia de Farolas de Aro.

época moderna
La actual situación administrativa de los pueblos del Valle de Aro fecha tan sólo del año 1858, cuando, tras formar parte durante siglos de un único municipio, se separan en Santa Cristina de Aro, Solius, Romanyà, Bello -lugar, Castillo de Aro y Faroles de Aro. Así se configura, a grandes rasgos, el nacimiento de las dos villas actuales: Santa Cristina de Aro y Castell-Platja d'Aro.

La agitada vida política y social de la segunda mitad del siglo XIX sacude la vida local. La Ley de Ayuntamientos de 1843 establece un modelo municipal centralizado, en beneficio de los terratenientes con rentas más altas (sufragio censitario). El sexenio revolucionario supone un paréntesis en esta estricta normativa y se instaura el sufragio universal en las votaciones. En las elecciones de 1869, queda patente el carácter federal y republicano del Empordà y de Faroles. No es de extrañar, pues, que en respuesta a la suspensión de garantías constitucionales ya la acción de desarme de la milicia popular, dictadas por el Gobierno, los federales se alcen y los fanalencs los apoyen, participando en el llamado Fuego de la Bisbal, donde se enfrentan a las fuerzas gubernamentales.

época contemporánea
En el año 1916, Josep Ensesa Pujadas, industrial harinero establecido en Girona, permuta la deuda de un panadero de Sant Feliu de Guíxols por una parcela a pie de la colina de S'Agaró. En 1923, José Ensesa y Gubert, toma en firme la promesa de su padre de entregar un solar en S'Agaró al primer hijo que edifique. Surge así la emblemática casa Seña Blanca (1924). El arquitecto Rafael Masó i Valentí, de gran sensibilidad artística, recoge con entusiasmo el ambicioso proyecto de los Ensesa de construir una ciudad residencial y hacer de S'Agaró un pequeño pueblo catalán integrado al medio. Este estilo se percibe en varios espacios: Seña Blanca, las pérgolas de la Plaza de la Rosaleda, la casa sibilante (1929), o la casa Gorina (1931), entre otros. Simultáneamente, los mismos años se desarrollan nuevas construcciones: el lujoso Hotel Monumental, los Baños de San Polo y el Hostal de la Gavina. S'Agaró convierte en punto de encuentro de artistas y hombres de letras, de teatro y de políticos catalanes y españoles, y se celebran numerosas fiestas, cenas, bailes, sardanas, batallas de flores y fiestas deportivas y náuticas, truncadas con el conflicto civil español.

Simultáneamente, aunque durante los primeros años del siglo XX, la actual Playa Grande es del todo virgen, sin edificación de altura, y sólo un poco más en el interior esparcen las primeras casas establecidas en la llanura, lejos del barrio de Farolas de Arriba. A partir de la segunda década del siglo XX, comienza un incipiente desarrollo del turismo, pero no es hasta después del conflicto civil español que no aparecen los primeros establecimientos turísticos que, junto con los chalets de segunda residencia ya existentes en la Pineda de en Bas, fomentan una creciente colonia veraniega.

El desarrollo turístico definitivo se produce con el cambio de nombre de Farolas de Aro por el de Playa de Aro (1962), el cambio de capitalidad y del Ayuntamiento del casco histórico y de interior de Castell d'Aro en Playa de Aro (1962). Coincide también con la primera gran campaña de promoción turística de alcance internacional El amor se cita en Playa de Aro (1964), que obsequia 50 parejas a pasar una semana en la población, conmemorando su 25 sus bodas de plata, y las otros 25 su reciente boda. En 1970 el Ayuntamiento, propietario del Castillo de Benedormiens de Castell d'Aro, encarga la primera restauración. Se conserva la parte más antigua, del siglo XII, la más cercana a la iglesia.

En 1978 se reinician las fiestas del Carnaval, y un año más tarde se constituye el primer Ayuntamiento de la nueva democracia, presidido por Ramiro Pons. En 1983 entra en vigor el Plan General de Ordenación Urbana, de vital importancia para el futuro desarrollo urbanístico de la población. El mismo año, las salas del Castillo de Benedoremiens habilitan para hacer exposiciones. En 1995, el núcleo antiguo de Castell d'Aro, junto con la urbanización histórica de S'Agaró y su camino de ronda, son declarados oficialmente Bien Cultural de Interés Nacional por la Generalitat de Cataluña.

En 1996 se inicia una nueva campaña turística de gran impacto: Playa de Aro Tiene Premio !, que propone a turistas y visitantes buscar allí donde rompen las olas unas conchas y caracolas muy especiales, que, debidamente etiquetados, permiten al afortunado que los encuentre conseguir premios directos y participar en el sorteo de un coche. En 1997 se inaugura en Castell d'Aro el Museo de la Muñeca, que recoge 800 muñecas de todo el mundo y de todas las épocas. En 2001 se celebran los 25 años de Carnaval, con una actuación muy especial del la Compañía Comediants, que reúne miles de espectadores en las calles y la Playa Grande.

Los primeros años de la actual siglo XXI están caracterizados por la construcción o modernización de equipamientos públicos, como el Centro Cívico Vicenç Bou, la Desechería Municipal, la Biblioteca Mercè Rodoreda o el Parque de los Lagos en Playa de Aro y la Sala Polivalente de Castell d'Aro; así como las obras de mejora de este núcleo histórico y del Castillo de Benedormiens; y las obras de acondicionamiento del Camino de Ronda de S'Agaró, que consolida su carácter arquitectónico bien diferenciado de los senderos agrestes del resto del litoral de la Costa Brava.

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